A medida que el panorama económico se complica, la necesidad de refugios seguros se torna más evidente. El oro y el bitcoin se han posicionado como los activos preferidos ante la incertidumbre actual.

El oro, reconocido por su estabilidad, ha superado máximos históricos, alcanzando cifras impresionantes, mientras que el bitcoin se presenta como un activo más volátil pero con un potencial considerable.

Los temores en el mercado provienen de la reforma fiscal de EE.UU., que ha exacerbado el déficit y generado dudas sobre la sostenibilidad de la deuda pública. Ante esta situación, la gente se aleja de los bonos estadounidenses, cuyas perspectivas son cada vez más sombrías. Se observa así un movimiento hacia el oro y el bitcoin, facilitando su ascenso en el mercado.

Datos interesantes:
- El oro ha registrado un incremento del 25% en el presente año y 40% anualmente.
- El bitcoin, a pesar de ser más impredecible, ha alcanzado un nuevo récord de 112.000 dólares. Aquí es donde se destaca el papel de los mercados institucionales, habiendo recibido más de 6.000 millones en mayo para fondos que replican su precio.

El fenómeno no solo se debe a la liquidez mundial, sino también a la llegada de ETF de bitcoin que consolidan el interés institucional.

Con la combinación de factores que benefician tanto al oro como al bitcoin, no se puede descartar la posibilidad de que estos activos continúen su camino ascendente.

En un momento de rápida transformación financiera, tanto el oro como el bitcoin evidencian su papel como salvaguardas, ofreciendo esperanzas para los inversores que buscan navegar en tiempos inciertos.